La filosofía política y moral de Jeremy Bentham es una de las más influyentes del siglo XVIII, y en ella, el concepto de justicia no se puede entender sin acudir a su teoría del utilitarismo. Aunque no se centró únicamente en definir la justicia, sino en construir un sistema ético basado en el bienestar colectivo, sus ideas sobre cómo estructurar una sociedad justa siguen siendo relevantes hoy en día. En este artículo exploraremos en profundidad qué implica el concepto de justicia desde la perspectiva de Bentham, cómo se relaciona con su filosofía utilitaria y qué legado ha dejado en la historia del pensamiento político.
¿Qué es la justicia según Jeremy Bentham?
Para Jeremy Bentham, la justicia no es un valor abstracto o moral, sino una herramienta funcional que sirve para maximizar la felicidad general. En su enfoque utilitario, la justicia se mide por la capacidad de un sistema legal o político para promover el mayor bienestar posible para la mayor cantidad de personas. Esto significa que, desde su punto de vista, una acción o una ley es justa si produce más placer que dolor, y si contribuye al bien común.
Bentham no se interesaba tanto por los derechos individuales como por los resultados concretos de las decisiones éticas. En su obra *Introducción a la legislación y al principio de moral y legislación* (1780), argumenta que la justicia debe estar basada en la utilidad, y que las leyes deben ser diseñadas para lograr el máximo placer posible. Para él, no existe una justicia absoluta, sino que es relativa al contexto social y a los efectos prácticos de las acciones.
El enfoque utilitario como fundamento de la justicia
El utilitarismo de Bentham se basa en el principio de que la acción correcta es aquella que produce el mayor bienestar para la mayor cantidad de personas. Este enfoque no solo afecta su visión de la justicia, sino que redefine completamente el concepto tradicional de lo justo. En lugar de basar la justicia en normas morales o en la igualdad formal, Bentham la enmarca dentro de un cálculo de placer y dolor.
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Este cálculo, conocido como el cálculo hedonístico, implica considerar factores como la intensidad, la duración, la certeza y la extensión del placer o dolor que genera una acción. En este sentido, una ley o decisión justa no es necesariamente la que sigue un código moral, sino la que maximiza la felicidad general. Esta visión fue revolucionaria para su época y sigue siendo objeto de debate en la filosofía política contemporánea.
La justicia y el interés público en la legislación
Bentham veía la legislación como el instrumento principal para implementar la justicia desde una perspectiva utilitaria. En su opinión, la función del legislador no es interpretar la justicia abstracta, sino diseñar leyes que promuevan el bienestar colectivo. Esto implica que las normas deben ser claras, aplicables y basadas en principios que puedan medirse objetivamente.
El interés público, para Bentham, no es un concepto vago, sino un resultado que puede ser evaluado por su capacidad para aumentar el placer y reducir el dolor. Por lo tanto, la justicia en el sistema legal no depende de la intención moral de los legisladores, sino del impacto real de las leyes en la sociedad. Este enfoque práctico y funcional de la justicia lo diferencia profundamente de los filósofos que priorizan la justicia como un valor abstracto.
Ejemplos de justicia utilitaria según Bentham
Para entender mejor la justicia según Bentham, podemos recurrir a ejemplos concretos. Supongamos que una ciudad enfrenta una crisis de vivienda y el gobierno debe decidir cómo distribuir recursos limitados. Desde el punto de vista utilitario, la decisión justa sería aquella que beneficie al mayor número de personas, incluso si implica que algunos individuos no reciban lo que necesitan. En este caso, la justicia se mide por el impacto colectivo, no por la equidad individual.
Otro ejemplo es el sistema penal. Bentham criticaba las penas severas y desproporcionadas, argumentando que eran injustas si no contribuían a la felicidad general. Por el contrario, apoyaba penas proporcionales al delito, ya que eran más eficaces para disuadir conductas antisociales. En este sentido, una ley penal justa es aquella que logra el máximo disuasivo con el mínimo sufrimiento innecesario.
El concepto de justicia y el cálculo hedonístico
El cálculo hedonístico es una herramienta central en la teoría de la justicia de Bentham. Este método implica evaluar las consecuencias de una acción en términos de placer y dolor. Para aplicarlo, Bentham propuso considerar siete factores: intensidad, duración, certeza, proximidad, fecundidad (probabilidad de generar más placer), pureza (ausencia de dolor) y extensión (número de personas afectadas).
Desde esta perspectiva, una acción es justa si, al aplicar el cálculo hedonístico, se obtiene un resultado positivo. Esto convierte la justicia en un asunto práctico y cuantificable, en lugar de un valor filosófico abstracto. Para Bentham, la justicia no es subjetiva, sino que puede ser medida objetivamente a través de este sistema de evaluación.
Principales postulados de la justicia en Bentham
- La justicia es funcional: No es un valor en sí mismo, sino un medio para lograr el bienestar general.
- El placer y el dolor son los únicos criterios morales: La justicia se mide por su capacidad para maximizar el placer y minimizar el dolor.
- La utilidad es el fundamento de la justicia: Una acción o ley es justa si produce el mayor bien para la mayor cantidad de personas.
- La justicia depende del contexto: No hay una justicia universal; varía según las circunstancias sociales y económicas.
- Las leyes deben ser prácticas y eficientes: Su propósito no es interpretar la justicia abstracta, sino resolver problemas concretos.
La justicia utilitaria y su impacto en la política moderna
La filosofía de Bentham ha tenido un impacto profundo en la política moderna, especialmente en áreas como la economía, la legislación y la ética pública. En el siglo XIX, su enfoque utilitario influyó en la creación de sistemas legales más racionales y basados en el bienestar colectivo. Hoy en día, el cálculo hedonístico sigue siendo una herramienta utilizada en la toma de decisiones políticas, especialmente en políticas públicas y economía del bienestar.
Además, el pensamiento de Bentham ha ayudado a formular conceptos como el bienestar social o el índice de felicidad, que miden el impacto de las políticas en la población. Aunque su enfoque no es el único en la filosofía política, su énfasis en el resultado práctico de las decisiones ha abierto nuevas vías para pensar en la justicia desde una perspectiva más empírica y menos idealista.
¿Para qué sirve el concepto de justicia según Jeremy Bentham?
El concepto de justicia según Bentham sirve principalmente como una guía para la acción política y legal. Su enfoque utilitario permite evaluar si una ley o una política es justa no por su intención moral, sino por su impacto práctico en la sociedad. Esto es especialmente útil en situaciones complejas donde no existe un consenso sobre lo que es justo desde una perspectiva moral.
Por ejemplo, en la distribución de recursos escasos, como en el sistema de salud, el enfoque de Bentham permite priorizar a los pacientes que obtendrán el mayor beneficio con el tratamiento disponible. En este caso, la justicia no se basa en el mérito o en la equidad formal, sino en el resultado concreto del tratamiento. Este enfoque, aunque polémico, es coherente con el objetivo de maximizar el bienestar colectivo.
Utilitarismo y justicia: dos caras de una misma moneda
El utilitarismo y la justicia, según Bentham, no son conceptos separados, sino dos aspectos de una misma filosofía. Para él, la justicia no puede existir sin utilidad, y la utilidad no puede funcionar sin un sistema legal que la implemente. Por eso, el enfoque de Bentham no se limita a teorizar sobre la justicia, sino que busca construir una legislación que la haga realidad.
Este enfoque ha sido criticado por algunos filósofos que consideran que el utilitarismo puede justificar acciones injustas si benefician al colectivo. Sin embargo, Bentham respondía que cualquier acción que promueva el mayor bien para la mayor cantidad de personas, por definición, es justa. Esta visión, aunque no es compartida por todos, sigue siendo una referencia importante en la filosofía política contemporánea.
El rol de la legislación en la justicia utilitaria
La legislación, según Bentham, es el instrumento principal para aplicar el principio de justicia utilitaria. En su obra, propone que las leyes deben ser diseñadas para lograr el mayor bienestar posible, y que su evaluación debe basarse en los resultados concretos que producen. Esto implica que una ley no es justa por su forma o por su intención, sino por el impacto que tiene en la sociedad.
Bentham también propuso que las leyes deben ser claras, comprensibles y aplicables a todos por igual. Esto no solo facilita su cumplimiento, sino que también reduce la injusticia que puede surgir de interpretaciones subjetivas. Además, consideraba que el lenguaje legal debe ser sencillo para que todos puedan comprenderlo, algo que hoy en día sigue siendo un tema relevante en el derecho positivo.
El significado de la justicia según Bentham
Para Jeremy Bentham, la justicia no es un concepto moral o filosófico, sino una función práctica que debe ser evaluada por sus resultados. Su enfoque se basa en el principio de utilidad, según el cual una acción es justa si maximiza el placer y minimiza el dolor para la mayor cantidad de personas. Esto convierte la justicia en un asunto empírico, no abstracto, y permite medirla objetivamente.
Además, Bentham rechazaba la idea de que la justicia deba ser interpretada por normas tradicionales o por intuiciones morales. En su lugar, propuso que la justicia debe ser construida por el legislador con base en el impacto real de las decisiones. Este enfoque, aunque no es compartido por todos, ha tenido un impacto profundo en la filosofía política moderna y sigue siendo relevante en el debate sobre el diseño de políticas públicas.
¿Cuál es el origen del concepto de justicia según Bentham?
El concepto de justicia que desarrolló Jeremy Bentham tiene sus raíces en el iluminismo y en la crítica a los sistemas legales y morales tradicionales. En la Inglaterra del siglo XVIII, existía un fuerte enraizamiento en el derecho consuetudinario y en normas legales que no siempre eran racionales ni justas. Bentham, influenciado por filósofos como David Hume y John Locke, buscó construir un sistema legal basado en la razón y en el bienestar colectivo.
Su enfoque utilitario surgió como una respuesta a lo que consideraba un sistema legal injusto, donde las leyes estaban más orientadas a mantener el poder de las élites que a proteger el bienestar de la mayoría. Bentham creía que la justicia debía ser racional, objetiva y funcional, y que su fundamento no debía ser la moral tradicional, sino el cálculo de placer y dolor.
La justicia y el bienestar colectivo en la filosofía de Bentham
En la filosofía de Bentham, la justicia y el bienestar colectivo son dos conceptos inseparables. Para él, una sociedad justa es aquella que maximiza el bienestar general, y una acción es justa si contribuye a ese objetivo. Esto significa que la justicia no es un valor en sí mismo, sino un resultado que se alcanza a través de decisiones que promuevan la felicidad colectiva.
Este enfoque tiene implicaciones profundas en la política y en la legislación. Por ejemplo, en políticas públicas, se priorizan los proyectos que beneficien a más personas, incluso si eso implica sacrificar intereses individuales. En el derecho penal, se diseñan penas que disuadan delincuentes sin causar sufrimiento innecesario. En todos estos casos, la justicia se mide por su capacidad para maximizar el bienestar general, no por su conformidad con normas morales abstractas.
¿Cómo se aplica la justicia utilitaria en la vida real?
La justicia utilitaria se aplica en la vida real a través de decisiones políticas, legales y económicas que buscan maximizar el bienestar colectivo. Por ejemplo, en el sistema educativo, se priorizan las inversiones en áreas que beneficien a la mayor cantidad de estudiantes. En la salud pública, se distribuyen los recursos de manera que se atienda a los pacientes que obtendrán el mayor beneficio con el tratamiento disponible.
En el ámbito penal, se diseñan leyes que disuadan delincuentes sin causar sufrimiento innecesario. En la economía, se promueven políticas que generen empleo y reduzcan la pobreza. En todos estos casos, la justicia se mide por su impacto práctico, no por su conformidad con normas morales tradicionales. Esta aplicación práctica del utilitarismo ha permitido construir sociedades más justas y eficientes, aunque también ha generado controversias por su enfoque utilitario.
Cómo usar el concepto de justicia según Bentham y ejemplos de uso
Para aplicar el concepto de justicia según Bentham, es necesario seguir el principio de utilidad. Esto implica evaluar las consecuencias de una acción o política en términos de placer y dolor, y priorizar aquellas que produzcan el mayor bien para la mayor cantidad de personas. Por ejemplo, al diseñar una política social, se debe considerar su impacto en la población general, no solo en grupos minoritarios.
Un ejemplo práctico es la reforma de impuestos. Desde el punto de vista de Bentham, una reforma justa es aquella que redistribuye la riqueza de manera que beneficie a la mayoría, incluso si algunos individuos pierden poder adquisitivo. Otro ejemplo es la planificación urbana: una ciudad es justa si se diseñan espacios que beneficien a todos los residentes, no solo a los que viven en zonas privilegiadas.
La crítica al concepto de justicia utilitaria
A pesar de su influencia, el concepto de justicia según Bentham ha sido objeto de críticas. Una de las más frecuentes es que el utilitarismo puede justificar acciones que, aunque beneficien a la mayoría, sean injustas para algunos individuos. Por ejemplo, una política que sacrifique los derechos de un grupo minoritario para beneficiar a la mayoría, según Bentham, sería justa, lo cual genera cuestionamientos éticos.
Otra crítica es que el cálculo hedonístico puede ser subjetivo y difícil de aplicar en la práctica. No siempre es posible medir con precisión el placer y el dolor que produce una acción, lo que puede llevar a decisiones injustas. Además, algunos argumentan que el enfoque utilitario descuida valores como la justicia distributiva, la igualdad y los derechos individuales, lo que limita su aplicación en contextos complejos.
El legado de Jeremy Bentham en la filosofía de la justicia
El legado de Jeremy Bentham en la filosofía de la justicia es indiscutible. Su enfoque utilitario ha influido en múltiples áreas, desde la legislación hasta la economía y la ética pública. Aunque su visión no es la única ni la más aceptada por todos, ha proporcionado una base sólida para pensar en la justicia desde una perspectiva práctica y empírica.
Además, su crítica al derecho consuetudinario y a las leyes injustas ha inspirado movimientos reformadores en todo el mundo. Hoy en día, el pensamiento de Bentham sigue siendo relevante en el diseño de políticas públicas, en la filosofía política y en la ética aplicada. A pesar de las críticas, su enfoque ha abierto nuevas vías para entender la justicia como un asunto práctico, no abstracto, y para construir sociedades más justas y eficientes.
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