El potencial de acción es un concepto fundamental en neurociencia que describe el proceso mediante el cual una neurona o célula excitable genera una señal eléctrica para transmitir información. Este mecanismo es esencial para la comunicación dentro del sistema nervioso y permite que los estímulos se conviertan en respuestas. En este artículo, exploraremos a fondo qué es el potencial de acción, sus fases, cómo se genera y su importancia en el funcionamiento del cerebro y el cuerpo humano.
¿Qué es el potencial de acción y sus fases?
El potencial de acción es una rápida y transitoria inversión de la polaridad de la membrana celular, típicamente en una neurona. Este cambio se produce cuando la membrana celular se vuelve más permeable a los iones de sodio (Na⁺), lo que permite que entren en la célula y alteren el voltaje interno. Este proceso se divide en varias fases, que se explican a continuación.
La primera fase es el umbral de disparo, donde la membrana alcanza un nivel crítico de despolarización que activa los canales de sodio. Una vez que se supera este umbral, se inicia la fase de despolarización, en la que los iones de sodio entran en masa, causando que el interior de la célula se vuelva positivo respecto al exterior. Luego, durante la fase de repolarización, los canales de sodio se cierran y los canales de potasio (K⁺) se abren, permitiendo que los iones salgan y restablezcan la polaridad normal. Finalmente, en la fase de hiperpolarización, el exceso de salida de iones de potasio hace que la membrana se vuelva más negativa por un momento, antes de que los bombas iónicas restablezcan el equilibrio.
Un dato interesante es que el potencial de acción fue descrito por primera vez en la década de 1930 por los científicos Alan Hodgkin y Andrew Huxley, quienes utilizaron el pulpo gigante para estudiar cómo se transmiten las señales en las neuronas. Sus investigaciones sentaron las bases para comprender cómo funciona la comunicación neuronal a nivel molecular.
También te puede interesar

El nivel del producto potencial es un concepto fundamental en la macroeconomía que describe la cantidad máxima de bienes y servicios que una economía puede producir utilizando eficientemente todos sus recursos disponibles. Este término se utiliza para medir la capacidad...

La electrónica potencial, o como también se conoce en el ámbito científico, la energía potencial eléctrica, es un concepto fundamental dentro del estudio de la física, especialmente en el campo de la electromagnetismo. Este término describe la energía almacenada en...

La energía potencial es una forma de energía almacenada que un objeto posee debido a su posición o configuración dentro de un sistema. Es fundamental en física para entender cómo se transmite y transforma la energía. A menudo se asocia...

En el ámbito del fútbol y otros deportes colectivos, un cuadro de reemplazo potencial se refiere al conjunto de jugadores disponibles para ocupar un lugar en el equipo titular en caso de que uno de sus integrantes no esté disponible....

El concepto del potencial eléctrico es fundamental en el estudio de la electrodinámica, rama de la física dedicada a comprender el comportamiento de las cargas eléctricas en movimiento. Este término describe la energía por unidad de carga que se necesita...

El potencial eléctrico es un concepto fundamental en física, especialmente en el estudio de los fenómenos eléctricos y electromagnéticos. Una de las referencias más relevantes en este campo es el texto Física de Sears, Zemansky, Young y Freedman, donde se...
Cómo se genera la señal eléctrica en las neuronas
La generación del potencial de acción depende de un equilibrio preciso entre los iones de sodio y potasio presentes en el interior y exterior de la célula. En condiciones normales, la membrana celular mantiene un estado de potencial de membrana en reposo, que es negativo, alrededor de -70 milivoltios. Este estado se mantiene gracias a la actividad de la bomba de sodio-potasio, que expulsa tres iones de sodio por cada dos iones de potasio que introduce en la célula.
Cuando una neurona recibe un estímulo, como un neurotransmisor liberado por otra neurona, se activan canales iónicos que permiten el paso de iones. Si el estímulo es lo suficientemente fuerte, se alcanza el potencial umbral y se inicia el potencial de acción. Este proceso no es local; una vez que se activa en un punto de la membrana, se propaga a lo largo del axón, permitiendo la transmisión de la señal a otras células.
Esta propagación es todo o nada, lo que significa que si el estímulo no supera el umbral, no se genera el potencial de acción. Además, el potencial de acción es no decremental, es decir, no pierde intensidad a medida que se propaga. Este mecanismo asegura que la señal llegue intacta al final del axón, donde se libera neurotransmisores para comunicarse con otras células.
El papel de los canales iónicos en el potencial de acción
Los canales iónicos desempeñan un papel crucial en la generación del potencial de acción. Existen tres tipos principales: canales de sodio dependientes de voltaje, canales de potasio dependientes de voltaje y canales de calcio. Cada uno tiene un rol específico durante las diferentes fases del potencial de acción.
Durante la despolarización, los canales de sodio se abren rápidamente, permitiendo el flujo de iones de sodio hacia el interior de la célula. Esta apertura es dependiente del voltaje, lo que significa que ocurre solo cuando la membrana alcanza cierto nivel de despolarización. En la repolarización, los canales de sodio se inactivan y los canales de potasio se abren, permitiendo la salida de iones de potasio. Esta salida ayuda a restaurar el potencial de membrana.
Los canales de calcio, por su parte, son importantes en ciertos tipos de neuronas, especialmente en las que forman sinapsis con músculos o glándulas. Su activación puede prolongar la despolarización y facilitar la liberación de neurotransmisores.
Ejemplos de potenciales de acción en el cuerpo
El potencial de acción no solo ocurre en las neuronas, sino también en otros tipos de células excitables, como los miocitos cardíacos y los músculos esqueléticos. En el corazón, por ejemplo, los potenciales de acción regulan el ritmo cardíaco. En los músculos, son responsables de la contracción muscular.
Un ejemplo práctico es el reflejo del tendón de Aquiles. Cuando se golpea el tendón con un martillo de reflejo, se activa una señal que viaja desde el músculo hasta la médula espinal y de vuelta al músculo, causando una contracción automática. Este proceso ocurre en milisegundos y es posible gracias al rápido funcionamiento de los potenciales de acción a lo largo del sistema nervioso.
El concepto de umbral de disparo en el potencial de acción
El umbral de disparo es uno de los conceptos más importantes en el estudio del potencial de acción. Se refiere al nivel de despolarización que debe alcanzar la membrana para que se active el potencial. En condiciones normales, este umbral se sitúa alrededor de -55 milivoltios, aunque puede variar según el tipo de célula y su estado fisiológico.
Cuando se aplica un estímulo, si la despolarización es suficiente para alcanzar este umbral, se activan los canales de sodio y se inicia el potencial de acción. Si el estímulo es demasiado débil, la membrana no alcanza el umbral y no se genera la señal. Este mecanismo de todo o nada asegura que los estímulos débiles no interfieran con la comunicación neuronal, manteniendo la precisión de las señales.
Además del umbral de disparo, otros factores como la refractariedad también juegan un papel importante. Durante el potencial de acción, la célula entra en un periodo de refractariedad absoluta, en el que no puede generar otro potencial de acción, seguido de un periodo de refractariedad relativa, en el que es posible generar otro potencial, pero se requiere un estímulo más fuerte.
Una recopilación de las fases del potencial de acción
- Reposo: La membrana mantiene un potencial de -70 mV gracias a la acción de la bomba de sodio-potasio.
- Umbral de disparo: Se alcanza un nivel crítico de despolarización (-55 mV) que activa los canales de sodio.
- Despolarización: Los iones de sodio entran en masa, invirtiendo la polaridad de la membrana hasta +30 mV.
- Repolarización: Los canales de sodio se cierran y los canales de potasio se abren, permitiendo que el potasio salga.
- Hiperpolarización: El exceso de salida de potasio hace que la membrana se vuelva más negativa por un momento.
- Regeneración: La bomba de sodio-potasio restaura los niveles iónicos y la membrana regresa al potencial de reposo.
La importancia del potencial de acción en la comunicación nerviosa
El potencial de acción es la base de la comunicación entre neuronas. Cada señal que el cerebro interpreta como un pensamiento, un recuerdo o una emoción comienza con un potencial de acción. Este mecanismo permite que las señales viajen a lo largo de los axones, a veces a velocidades superiores a los 100 metros por segundo, gracias a la mielinización de los axones, que actúa como un aislante que permite la propagación saltatoria de la señal.
Además, el potencial de acción es esencial para la sinapsis, el proceso por el cual una neurona transmite información a otra. Cuando el potencial llega al final del axón, activa canales de calcio que permiten la liberación de neurotransmisores en la hendidura sináptica. Estos químicos se unen a receptores en la neurona postsináptica, generando un nuevo potencial de acción si es lo suficientemente fuerte.
¿Para qué sirve el potencial de acción?
El potencial de acción tiene múltiples funciones vitales en el cuerpo humano. Primero, permite la transmisión de información entre neuronas, lo que es esencial para el procesamiento sensorial, motor y cognitivo. Por ejemplo, cuando tocas algo caliente, el potencial de acción viaja desde los receptores sensoriales en la piel hasta el cerebro, generando una respuesta de retirada del estímulo.
También es fundamental en el control del sistema muscular, ya que los potenciales de acción activan la liberación de calcio en las fibras musculares, lo que desencadena la contracción. En el corazón, los potenciales de acción regulan el ritmo cardíaco, asegurando que las cámaras se contraigan en el orden correcto para bombear la sangre.
Variaciones del potencial de acción en diferentes tipos de células
Aunque el mecanismo básico del potencial de acción es similar en todas las células excitables, existen variaciones según el tipo de célula. En las neuronas, el potencial de acción dura unos milisegundos y se propaga de forma continua o saltatoria. En los miocitos cardíacos, por otro lado, el potencial de acción es mucho más prolongado, permitiendo que el músculo cardíaco se contraiga de manera coordinada.
En los músculos esqueléticos, el potencial de acción se genera en respuesta a señales del sistema nervioso y activa la liberación de calcio, lo que desencadena la contracción muscular. En los células del sistema inmunitario, como los macrófagos, los potenciales de acción pueden facilitar la movilización y activación de células para combatir infecciones.
La relación entre el potencial de acción y el sistema nervioso
El sistema nervioso depende en gran medida del potencial de acción para su funcionamiento. En el sistema nervioso central, que incluye el cerebro y la médula espinal, los potenciales de acción transmiten información entre neuronas y permiten el procesamiento de datos sensoriales, emocionales y cognitivos.
En el sistema nervioso periférico, los potenciales de acción son responsables de la transmisión de señales desde los órganos sensoriales hasta el cerebro y viceversa. Por ejemplo, los receptores sensoriales como los del tacto, el dolor o la temperatura generan potenciales de acción que viajan hacia el cerebro para ser interpretados.
También existen neuronas motoras que envían potenciales de acción desde el cerebro o la médula espinal hacia los músculos, permitiendo el control voluntario y reflejo de los movimientos. Sin estos mecanismos, no sería posible realizar acciones simples como caminar o escribir.
El significado del potencial de acción en la neurociencia
El potencial de acción no es solo un fenómeno biológico, sino también un concepto central en la neurociencia. Su estudio ha permitido comprender cómo se generan y transmiten las señales en el cerebro, lo que ha tenido aplicaciones en el desarrollo de tratamientos para enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple o el Parkinson.
Desde un punto de vista molecular, el potencial de acción involucra una serie de proteínas canal que responden a cambios de voltaje y a la presencia de neurotransmisores. Estos canales son objetivos terapéuticos para medicamentos que tratan trastornos como la epilepsia o la depresión. Además, su estudio ha ayudado al desarrollo de tecnologías como los electroestimuladores cerebrales y los implantes cocleares, que utilizan señales eléctricas para restaurar funciones perdidas.
¿Cuál es el origen del concepto de potencial de acción?
El concepto de potencial de acción tiene sus raíces en los estudios de la electricidad en los seres vivos. En el siglo XIX, científicos como Luigi Galvani y Alessandro Volta descubrieron que los músculos de las ranas podían contraerse al aplicar corriente eléctrica. Estos hallazgos llevaron a la hipótesis de que los animales poseían una forma de electricidad propia, que más tarde se llamó electricidad animal.
En la década de 1930, los investigadores Alan Hodgkin y Andrew Huxley llevaron a cabo experimentos pioneros en el gigante axón del pulpo, lo que les permitió medir con precisión los cambios de voltaje durante el potencial de acción. Sus trabajos sentaron las bases para la teoría moderna del potencial de acción y les valieron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1963.
Variaciones y sinónimos del concepto de potencial de acción
Otras formas de referirse al potencial de acción incluyen impulso nervioso, señal neuronal o onda de despolarización. Estos términos suelen usarse en contextos específicos, dependiendo de si se habla de la señal en sí o del proceso que la genera.
También se pueden mencionar conceptos relacionados, como el potencial de membrana, que se refiere al voltaje en reposo de la célula, o el potencial postsináptico, que describe la respuesta de una neurona a la llegada de neurotransmisores. Estos términos son esenciales para comprender cómo se generan y transmiten las señales en el sistema nervioso.
¿Cómo se mide el potencial de acción?
El potencial de acción se mide utilizando técnicas como la electrofisiología, que permite registrar cambios en el voltaje de la membrana celular. Una de las herramientas más comunes es el electrodo de microagujas, que se inserta dentro de la célula para medir el potencial interno con respecto al exterior.
También se utilizan técnicas no invasivas, como el electroencefalograma (EEG), que mide la actividad eléctrica del cerebro a través del cráneo. Aunque el EEG no registra potenciales de acción individuales, puede detectar patrones de actividad colectiva de grupos de neuronas.
Otra técnica moderna es la microscopía de campo cercano, que permite observar la propagación del potencial de acción en tiempo real, usando sensores fluorescentes que cambian de color según el voltaje de la membrana. Estas herramientas son esenciales para la investigación en neurociencia y medicina.
Cómo usar el concepto de potencial de acción en ejemplos cotidianos
El potencial de acción está presente en muchas acciones que realizamos a diario sin darnos cuenta. Por ejemplo, cuando ves una pelota que se acerca a ti, los ojos captan la imagen, la cual es procesada por el cerebro, que envía una señal a través de potenciales de acción a los brazos, para que te muevas y la atrapes.
Otro ejemplo es el acto de hablar. Cuando piensas en una palabra, el cerebro genera una señal que viaja a las cuerdas vocales a través de potenciales de acción, lo que permite la producción del sonido. Incluso en tareas simples como levantar un objeto, el potencial de acción coordina músculos y articulaciones para que la acción se realice de manera precisa.
Aplicaciones médicas del estudio del potencial de acción
El estudio del potencial de acción ha tenido un impacto significativo en la medicina moderna. En el desarrollo de medicamentos para trastornos neurológicos, como la epilepsia o la depresión, se buscan compuestos que modulen la actividad de los canales iónicos, evitando potenciales de acción excesivos o inadecuados.
También es fundamental en el diseño de dispositivos de estimulación eléctrica, como los marcapasos, que usan señales eléctricas para regular el ritmo cardíaco. En la neuroprostética, se emplean potenciales de acción para controlar prótesis mediante señales del cerebro, permitiendo a personas con amputaciones realizar movimientos complejos.
Futuro de la investigación en potenciales de acción
El futuro de la investigación en potenciales de acción promete avances significativos en la comprensión del cerebro y el tratamiento de enfermedades neurológicas. Con el desarrollo de tecnologías como la nanotecnología y la neurociencia computacional, es posible modelar con mayor precisión cómo se generan y transmiten las señales neuronales.
Además, el uso de modelos de inteligencia artificial permite simular redes neuronales y predecir cómo se comportarían bajo diferentes condiciones. Estas simulaciones pueden acelerar el desarrollo de nuevos tratamientos y mejorar la calidad de vida de millones de personas afectadas por trastornos neurológicos.
INDICE