Comunicación ordinaria que es

Comunicación ordinaria que es

La comunicación ordinaria es un concepto fundamental dentro de la teoría de la comunicación, que describe los intercambios verbales y no verbales que ocurren de manera cotidiana entre personas. Este tipo de comunicación no se limita a un entorno formal ni sigue reglas estrictas, sino que se basa en la interacción espontánea y natural. Es esencial comprender qué implica este tipo de comunicación, especialmente en contextos sociales, laborales o educativos, ya que forma la base de las relaciones humanas.

¿Qué es la comunicación ordinaria?

La comunicación ordinaria se refiere a los intercambios verbales y no verbales que ocurren en la vida diaria entre individuos que no están en un entorno formal o profesional. Este tipo de comunicación es espontánea, informal y surge de manera natural en contextos como conversaciones entre amigos, familiares o incluso desconocidos. Se diferencia de la comunicación institucional o formal por su falta de estructura, reglas y objetivos claros.

Un dato interesante es que la teoría de la comunicación ordinaria fue desarrollada por el filósofo alemán Jürgen Habermas, quien destacó su importancia en la construcción de la identidad social y el entendimiento mutuo. Para él, la comunicación ordinaria no solo sirve para transmitir información, sino también para crear y mantener relaciones interpersonales.

Además, este tipo de comunicación puede incluir elementos como gestos, tono de voz, expresiones faciales, y hasta silencios, que enriquecen el mensaje y permiten una comprensión más profunda del interlocutor. En la vida cotidiana, la comunicación ordinaria es la base de cómo nos entendemos y conectamos con los demás.

La importancia de la interacción informal en la vida cotidiana

Las interacciones informales, como lo son las conversaciones en cafeterías, alrededor de la mesa en la cena familiar o incluso en el transporte público, son ejemplos claros de comunicación ordinaria. Estas interacciones, aunque aparentemente sencillas, desempeñan un papel crucial en la construcción de vínculos sociales. Son espacios donde se comparten sentimientos, se resuelven conflictos y se fortalecen relaciones, sin la necesidad de seguir un protocolo o estructura.

En el ámbito laboral, por ejemplo, los comentarios casuales durante el descanso o los saludos matutinos también forman parte de la comunicación ordinaria. Estos momentos, aunque breves, son fundamentales para mantener un ambiente de confianza y colaboración. Estudios en psicología social han demostrado que las conversaciones informales pueden mejorar la productividad y el bienestar emocional de los empleados.

En resumen, la comunicación ordinaria es una herramienta vital para la convivencia. Su informalidad no la hace menos importante, sino que le otorga una flexibilidad que permite adaptarse a cualquier contexto, siempre que las intenciones de los participantes sean genuinas y respetuosas.

Diferencias entre comunicación ordinaria y otros tipos de comunicación

Es importante diferenciar la comunicación ordinaria de otros tipos de comunicación, como la institucional, la mediática o la formal. Mientras que la ordinaria es espontánea y personal, la institucional está regida por normas, protocolos y objetivos específicos. Por otro lado, la comunicación mediática utiliza canales como televisión, radio o redes sociales para llegar a un público amplio, y la comunicación formal se da en contextos académicos o laborales con un lenguaje técnico y estructurado.

La clave está en el propósito: la comunicación ordinaria busca mantener relaciones, expresar emociones o compartir experiencias, mientras que otros tipos tienen como finalidad informar, educar o persuadir. No obstante, en la vida real, estos tipos de comunicación pueden coexistir. Por ejemplo, una persona puede usar un lenguaje formal en un entorno laboral, pero recurrir a la comunicación ordinaria al hablar con sus colegas en el área de descanso.

Ejemplos de comunicación ordinaria en la vida cotidiana

Existen múltiples ejemplos de comunicación ordinaria que se dan a diario. Por ejemplo, cuando dos amigos conversan sobre su día, un padre le explica a su hijo cómo hacer la tarea escolar o un cliente saluda a un vendedor en una tienda. Estos intercambios no requieren de un discurso formal ni de preparación previa. Lo que importa es la intención, la empatía y la capacidad de escucha de las partes involucradas.

Otro ejemplo es cuando una pareja discute sobre cómo dividir las tareas del hogar, o cuando un profesor conversa con un estudiante después de clase para aclarar dudas. En estos casos, la comunicación no busca informar o instruir de manera formal, sino llegar a un entendimiento mutuo. Estos momentos son esenciales para el desarrollo de relaciones personales y profesionales.

Además, en el ámbito digital, las conversaciones por mensajería instantánea, redes sociales o videollamadas también pueden ser consideradas comunicación ordinaria. Lo que las distingue es la naturaleza informal, aunque a veces se usan herramientas digitales para mantener la conexión en ausencia física.

El concepto de autenticidad en la comunicación ordinaria

Uno de los aspectos más valiosos de la comunicación ordinaria es la autenticidad. A diferencia de otros tipos de comunicación donde se busca un mensaje perfecto o impactante, en la ordinaria lo que prevalece es la sinceridad y la espontaneidad. Esta autenticidad permite que las personas se conecten de manera más genuina, sin máscaras ni formalidades.

La autenticidad también facilita la empatía. Cuando alguien habla con autenticidad, el interlocutor puede percibir sus emociones y reaccionar con mayor comprensión. Por ejemplo, si una persona comparte una experiencia personal con tono emocionado, es más probable que el oyente se sienta involucrado y ofrezca apoyo emocional.

En el ámbito laboral, la autenticidad en la comunicación ordinaria puede mejorar la confianza entre empleados y jefes. Un líder que muestre autenticidad en sus conversaciones con el equipo fomenta un ambiente de colaboración y respeto. Esta práctica no solo humaniza la relación laboral, sino que también aumenta la motivación y la productividad.

10 ejemplos de comunicación ordinaria en distintos contextos

  • Un padre le pregunta a su hijo cómo le fue en el colegio.
  • Dos colegas conversan sobre el clima durante una pausa en la oficina.
  • Dos vecinos saludan al encontrarse en el ascensor.
  • Un cliente agradece al vendedor por su atención en una tienda.
  • Un estudiante le pide ayuda a otro para resolver un problema matemático.
  • Una pareja discute cómo compartir las responsabilidades del hogar.
  • Dos amigos intercambian opiniones sobre una película recientemente vista.
  • Un cliente se queja al gerente por un mal servicio recibido.
  • Un profesor conversa con un estudiante sobre su rendimiento académico.
  • Un trabajador comparte anécdotas con sus compañeros durante la comida.

Estos ejemplos muestran cómo la comunicación ordinaria es omnipresente en nuestra vida y cómo, aunque aparentemente simple, tiene un impacto profundo en nuestras relaciones. Cada uno de estos intercambios, aunque breves, puede marcar la diferencia en cómo nos sentimos o cómo percibimos a los demás.

La comunicación ordinaria en el entorno digital

En la era digital, la comunicación ordinaria ha evolucionado y se ha adaptado a nuevos canales. Plataformas como WhatsApp, Instagram o Facebook Messenger son ahora espacios donde ocurren conversaciones cotidianas, que mantienen las características de la comunicación ordinaria: informalidad, espontaneidad y conexión emocional. Aunque se dan a través de pantallas, su esencia sigue siendo la misma: mantener relaciones y compartir experiencias.

Una ventaja de la comunicación ordinaria en el entorno digital es la posibilidad de mantener contacto con personas que viven lejos. Las llamadas de video, las historias diarias o los mensajes de audio permiten expresar emociones, tonos y matices que encajan en el tipo de comunicación ordinaria. Sin embargo, también existen desafíos, como la posible falta de empatía en mensajes escritos o la ambigüedad de los emojis, que pueden ser interpretados de formas distintas según la persona.

En resumen, el entorno digital no ha reemplazado la comunicación ordinaria, sino que la ha enriquecido. Permite que las relaciones personales se mantengan a distancia, siempre que se mantenga la autenticidad y la intención genuina en cada interacción.

¿Para qué sirve la comunicación ordinaria?

La comunicación ordinaria sirve para múltiples propósitos. Primero, mantiene las relaciones personales, ya sea entre amigos, familiares o incluso en contextos profesionales. Las conversaciones cotidianas permiten conocer a los demás, compartir experiencias y resolver conflictos de manera más amena y comprensiva. Además, fomenta la empatía, ya que al hablar de forma natural, las personas tienden a expresar sus sentimientos sin filtros, lo que facilita la comprensión mutua.

También es fundamental en la construcción de la identidad social. A través de la comunicación ordinaria, las personas definen quiénes son, qué creen y cómo ven al mundo. En el ámbito laboral, por ejemplo, las conversaciones informales entre empleados permiten la creación de un ambiente de confianza, lo que a su vez mejora la colaboración y la productividad.

Por último, la comunicación ordinaria también sirve como válvula de escape emocional. Las personas necesitan hablar de sus preocupaciones, logros o frustraciones, y la comunicación ordinaria ofrece un espacio seguro para ello. En este sentido, es una herramienta esencial para el bienestar emocional y social.

Entendiendo el lenguaje cotidiano como parte de la comunicación ordinaria

El lenguaje cotidiano es una de las herramientas clave en la comunicación ordinaria. A diferencia del lenguaje formal o técnico, el lenguaje cotidiano se caracteriza por su sencillez, uso de frases coloquiales y expresiones propias de la cultura local. Es el lenguaje que usamos cuando hablamos con familiaridad, sin preocuparnos por seguir normas estrictas de gramática o vocabulario.

Este tipo de lenguaje es esencial para la comunicación ordinaria, ya que permite que las personas se expresen de manera más natural y comprensible. Por ejemplo, en lugar de decir he experimentado una sensación de desmotivación, una persona puede decir me siento un poco desanimado. La segunda opción, aunque más informal, comunica el mismo mensaje con mayor claridad y empatía.

Además, el lenguaje cotidiano permite el uso de expresiones idiomáticas, modismos y hasta errores gramaticales, lo que le da una riqueza cultural y emocional que no se encuentra en otros tipos de comunicación. En este sentido, el lenguaje cotidiano no solo es funcional, sino que también refleja la identidad y el contexto social del hablante.

El rol de la comunicación ordinaria en la resolución de conflictos

La comunicación ordinaria es fundamental en la resolución de conflictos, ya que permite que las partes involucradas expresen sus preocupaciones y emociones de manera abierta y sin presión. En un conflicto, el uso de un lenguaje formal o distante puede crear una barrera emocional, mientras que la comunicación ordinaria, con su enfoque más relajado, facilita la comprensión mutua.

Por ejemplo, si dos amigos tienen una discusión sobre una decisión tomada sin consultar, es más efectivo que usen un lenguaje conversacional para expresar sus sentimientos, en lugar de recurrir a reproches o acusaciones. La comunicación ordinaria permite que ambos se escuchen, reconozcan sus errores y lleguen a una solución que satisfaga a ambas partes.

En el ámbito laboral, la comunicación ordinaria también puede ayudar a resolver conflictos entre empleados. Un gerente que aborde un problema con un enfoque conversacional, en lugar de un discurso formal, puede generar un ambiente más colaborativo y receptivo. En este sentido, la comunicación ordinaria no solo resuelve conflictos, sino que también fortalece relaciones y mejora el ambiente de trabajo.

El significado de la comunicación ordinaria en la sociedad

La comunicación ordinaria no es solo un fenómeno individual, sino una práctica social que refleja los valores, normas y dinámicas de una cultura. En cada sociedad, las formas de comunicación ordinaria varían según el contexto histórico, económico y cultural. Por ejemplo, en culturas colectivistas, la comunicación ordinaria tiende a ser más indirecta y respetuosa, mientras que en culturas individualistas puede ser más directa y expresiva.

Este tipo de comunicación también refleja las jerarquías sociales. En algunas sociedades, existe una diferencia marcada en cómo se comunica una persona de rango social elevado con una de rango bajo, lo que se traduce en un lenguaje más formal o respetuoso. Sin embargo, en sociedades más igualitarias, la comunicación ordinaria tiende a ser más horizontal y menos rígida.

Además, la comunicación ordinaria también se ve influenciada por el género. En muchos casos, se espera que los hombres y las mujeres se comuniquen de manera diferente, lo que puede generar estereotipos y limitar la expresión auténtica. Afortunadamente, con el avance de la igualdad de género, las líneas se están difuminando y la comunicación ordinaria está evolucionando hacia un enfoque más inclusivo y respetuoso.

¿De dónde proviene el término comunicación ordinaria?

El término comunicación ordinaria tiene sus raíces en la filosofía social y la teoría de la comunicación. Uno de los pensadores más influyentes en este campo fue el alemán Jürgen Habermas, quien desarrolló la teoría de la acción comunicativa, en la cual destacó la importancia de la comunicación ordinaria en la vida social. Para Habermas, la comunicación ordinaria es el tipo de interacción que ocurre en el espacio público y que permite la coexistencia armónica de los ciudadanos.

El concepto también ha sido abordado por otros teóricos como Erving Goffman, quien estudió la interacción social y cómo las personas construyen su identidad a través de la comunicación en contextos cotidianos. Goffman usó el término teatro social para describir cómo las personas interpretan roles en diferentes situaciones, lo que refleja cómo la comunicación ordinaria puede variar según el contexto y la audiencia.

En resumen, el término comunicación ordinaria surge de una necesidad teórica para describir los intercambios sociales que no están regidos por normas formales, pero que son esenciales para la convivencia humana.

Sinónimos y variantes del término comunicación ordinaria

Aunque el término comunicación ordinaria es ampliamente utilizado en teoría de la comunicación, existen sinónimos y variantes que describen el mismo fenómeno desde perspectivas ligeramente diferentes. Algunos de estos términos incluyen:

  • Comunicación cotidiana: Se refiere a los intercambios que ocurren en la vida diaria y que no siguen un protocolo formal.
  • Interacción social informal: Describe la comunicación que surge de manera espontánea entre individuos en contextos no reglamentados.
  • Conversaciones casuales: Son intercambios que no tienen un propósito específico más allá de mantener el contacto o compartir experiencias.
  • Diálogo natural: Se enfoca en la espontaneidad y fluidez de la comunicación, sin estructura predefinida.

Cada uno de estos términos puede usarse dependiendo del contexto, pero todos comparten la característica esencial de la comunicación ordinaria: la informalidad y la espontaneidad. Estos sinónimos también reflejan la diversidad de formas en que las personas se comunican en su vida diaria.

¿Cómo identificar la comunicación ordinaria en diferentes contextos?

Identificar la comunicación ordinaria en diferentes contextos requiere observar ciertos elementos clave. En primer lugar, la espontaneidad: si la conversación se da sin preparación previa y con un tono natural, es probable que se trate de comunicación ordinaria. En segundo lugar, la informalidad: el uso de lenguaje cotidiano, expresiones coloquiales y la ausencia de normas estrictas son indicadores claros.

Otro elemento es la intención de la comunicación. Si el propósito es mantener una relación, expresar sentimientos o compartir experiencias, en lugar de informar o instruir, se puede clasificar como comunicación ordinaria. Por ejemplo, una conversación entre amigos sobre sus planes de fin de semana es claramente ordinaria, mientras que una presentación formal en una conferencia no lo es.

Finalmente, el entorno también ayuda a identificar este tipo de comunicación. La comunicación ordinaria ocurre en contextos no reglamentados, como en la calle, en casa, en cafeterías o incluso en espacios digitales como redes sociales privadas. En estos lugares, las personas se sienten más cómodas para expresarse de manera natural y genuina.

Cómo usar la comunicación ordinaria y ejemplos prácticos

La comunicación ordinaria se puede usar en diversos contextos para mejorar la convivencia y la comprensión mutua. Por ejemplo, en el ámbito familiar, una madre puede usar la comunicación ordinaria para hablar con sus hijos sobre sus emociones o preocupaciones, sin recurrir a un tono autoritario. Esto fomenta la confianza y el apoyo emocional.

En el ámbito laboral, un gerente puede usar la comunicación ordinaria para crear un ambiente de confianza con sus empleados. Por ejemplo, una conversación casual durante el almuerzo puede ayudar a identificar necesidades o problemas que no se abordarían en una reunión formal. Esto también permite que los empleados se sientan valorados y escuchados.

En el ámbito educativo, un profesor puede usar la comunicación ordinaria para conectar con sus estudiantes. Preguntar sobre su día o compartir anécdotas personales puede hacer que los estudiantes se sientan más cómodos y motivados a participar en clase. En todos estos casos, la comunicación ordinaria no solo es útil, sino que también enriquece las relaciones interpersonales.

La importancia de la escucha activa en la comunicación ordinaria

Una de las habilidades más importantes en la comunicación ordinaria es la escucha activa. Escuchar activamente implica prestar atención total al interlocutor, sin interrumpir, sin juzgar y sin planear una respuesta antes de que termine de hablar. Esta práctica no solo mejora la comprensión, sino que también refuerza la empatía y la confianza entre las personas.

La escucha activa se puede practicar de varias formas. Por ejemplo, manteniendo contacto visual, asintiendo con la cabeza, formulando preguntas abiertas y resumiendo lo que ha dicho el otro para confirmar que se ha entendido correctamente. Estas acciones demuestran interés y respeto, lo que es fundamental en la comunicación ordinaria.

En el contexto digital, la escucha activa también es aplicable. Por ejemplo, al leer un mensaje de texto, responder de forma inmediata y con interés puede transmitir la misma actitud de escucha que en una conversación cara a cara. En ambos casos, la escucha activa es una herramienta poderosa para fortalecer las relaciones y evitar malentendidos.

Cómo desarrollar habilidades de comunicación ordinaria

Desarrollar habilidades de comunicación ordinaria no requiere de cursos formales, sino de práctica constante y una actitud abierta. Una forma de mejorar es practicar la escucha activa, como se mencionó anteriormente, y también fomentar la autenticidad en las conversaciones. Esto implica hablar desde el corazón, sin temor a expresar emociones o dudas.

Otra estrategia útil es practicar la comunicación no violenta, que se basa en expresar necesidades y sentimientos sin atacar al interlocutor. Esto ayuda a mantener conversaciones respetuosas y constructivas, incluso en momentos de conflicto. Por ejemplo, en lugar de decir Tú siempre me ignoras, se puede decir Me siento ignorado en algunas ocasiones, y me gustaría que me prestes más atención.

Finalmente, es importante estar dispuesto a aprender de cada interacción. Cada conversación es una oportunidad para mejorar la comprensión mutua y fortalecer las relaciones. Al reconocer que la comunicación ordinaria es una herramienta poderosa, se puede cultivar con intención y dedicación.