Qué es conocimiento tácito y explícito

Qué es conocimiento tácito y explícito

El conocimiento es una de las herramientas más valiosas que posee el ser humano, y puede manifestarse de múltiples formas. Una forma de clasificarlo es a través de la distinción entre conocimiento tácito y explícito, categorías que permiten entender cómo se adquiere, comparte y utiliza el saber en distintos contextos. Este artículo explorará a fondo estos dos tipos de conocimiento, sus diferencias, ejemplos, aplicaciones y relevancia en el ámbito académico, empresarial y personal.

¿Qué es el conocimiento tácito y explícito?

El conocimiento tácito se refiere a aquel que una persona posee de manera intuitiva o práctica, sin necesidad de expresarlo verbalmente o por escrito. Es el tipo de conocimiento que se adquiere a través de la experiencia, la observación o la repetición de tareas. Por otro lado, el conocimiento explícito es aquel que puede ser documentado, estructurado y compartido fácilmente, como libros, manuales, bases de datos o informes.

Estos dos tipos de conocimiento no son mutuamente excluyentes, sino que suelen complementarse. Por ejemplo, un chef puede tener un conocimiento tácito sobre cómo preparar cierta receta, pero también puede tener un conocimiento explícito en forma de recetas escritas o videos explicativos. El equilibrio entre ambos es clave para maximizar el aprendizaje y la eficacia en cualquier campo.

Un dato interesante es que el filósofo y economista Michael Polanyi fue quien acuñó el concepto de conocimiento tácito en 1958. Polanyi observó que muchas habilidades humanas, como andar en bicicleta o tocar un instrumento, no se pueden explicar completamente con palabras, pero se dominan a través de la práctica. Esta idea sentó las bases para una comprensión más profunda de cómo el ser humano adquiere y utiliza el conocimiento.

También te puede interesar

Que es el conocimiento tecnológico de internet

En la era digital, el conocimiento tecnológico de internet es una herramienta clave para entender cómo funciona el mundo en línea. Este término, muchas veces utilizado de forma intercambiable con expresiones como conocimiento digital o habilidades tecnológicas, representa la comprensión...

Que es el conocimiento entre miembros

El conocimiento compartido entre las personas que conforman un equipo o una organización es un elemento fundamental para su éxito. También puede llamarse capital intelectual colectivo, y se refiere a la suma de experiencias, habilidades y saberes que se transmiten...

Que es el conocimiento venidero

El conocimiento venidero se refiere al conjunto de saberes, ideas y descubrimientos que se espera se desarrollen en el futuro. Este término se utiliza con frecuencia en contextos filosóficos, científicos y educativos para describir lo que podría surgir a partir...

Qué es el conocimiento filosófico

El conocimiento filosófico es una de las formas más profundas e intelectualmente exigentes de entender el mundo. En lugar de limitarse a datos concretos o experimentos empíricos, se centra en cuestiones fundamentales sobre la existencia, el conocimiento mismo, la moral,...

Qué es el conocimiento por razonamiento

El conocimiento adquirido mediante el razonamiento es una forma fundamental de entender el mundo que nos rodea. Este tipo de aprendizaje se basa en la lógica, la deducción y la reflexión, permitiendo a las personas construir ideas complejas a partir...

Historicamente que es conocimiento

El conocimiento es una de las herramientas más valiosas que posee el ser humano. A lo largo de la historia, la acumulación y transmisión de información han sido esenciales para el desarrollo de las civilizaciones. En este artículo exploraremos qué...

La importancia del equilibrio entre ambos tipos de conocimiento

En cualquier ámbito, desde la educación hasta el mundo empresarial, el equilibrio entre conocimiento tácito y explícito es fundamental para el desarrollo y la innovación. El conocimiento tácito permite la creatividad, la adaptabilidad y la resolución de problemas complejos, mientras que el conocimiento explícito ofrece estructura, claridad y reproducibilidad.

En el ámbito educativo, por ejemplo, un profesor puede transmitir conocimiento explícito a través de clases teóricas, pero también debe fomentar el conocimiento tácito a través de prácticas, proyectos y experiencias vivenciales. Esto permite que los estudiantes no solo memoricen información, sino que también desarrollen habilidades prácticas y críticas.

En el mundo de los negocios, las organizaciones exitosas suelen invertir en sistemas de gestión del conocimiento que capturan tanto el conocimiento explícito como el tácito. Esto puede incluir la documentación de procesos, la formación de mentores, la creación de comunidades de práctica y el uso de tecnologías colaborativas.

Cómo se pueden convertir los tipos de conocimiento

Una de las principales desafíos en la gestión del conocimiento es la conversión entre conocimiento tácito y explícito. A menudo, el conocimiento tácito de los expertos no se documenta, lo que puede llevar a una pérdida de valor intangible para la organización. Para evitarlo, se han desarrollado metodologías como el *Know-How Transfer* o el *Knowledge Capture*, que buscan traducir habilidades y experiencias en formatos explícitos.

Por ejemplo, en la industria automotriz, los ingenieros con décadas de experiencia pueden tener un conocimiento tácito sobre cómo solucionar ciertos problemas técnicos. A través de talleres, entrevistas y análisis, este conocimiento puede estructurarse en protocolos, manuales o guías de solución de problemas, convirtiéndose así en conocimiento explícito accesible para otros miembros del equipo.

Esta conversión no siempre es directa ni inmediata, ya que muchas veces implica un proceso iterativo de reflexión, documentación y validación. Sin embargo, cuando se logra, puede tener un impacto significativo en la eficiencia y la calidad del trabajo.

Ejemplos de conocimiento tácito y explícito

Para comprender mejor estos conceptos, es útil analizar ejemplos concretos de cómo se manifiestan en la vida cotidiana y en profesiones específicas.

  • Conocimiento tácito:
  • Un artesano que sabe el tacto exacto para moldear una escultura.
  • Un médico que, con la experiencia, puede diagnosticar una enfermedad sin necesidad de pruebas extensas.
  • Un conductor experto que maneja intuitivamente en condiciones adversas.
  • Un chef que ajusta las proporciones de un plato según el sabor, sin recurrir a medir.
  • Conocimiento explícito:
  • Un manual de instrucciones para armar un mueble.
  • Un libro de texto de matemáticas.
  • Un video tutorial que explica paso a paso cómo cambiar una llanta.
  • Un protocolo médico para tratar una enfermedad.

Estos ejemplos ilustran que ambos tipos de conocimiento son esenciales. Mientras el tácito permite la creatividad y la adaptación, el explícito permite la replicación y la estandarización.

El concepto de conocimiento tácito en la gestión empresarial

En el entorno empresarial, el conocimiento tácito es un activo intangible de gran valor. Muchas empresas reconocen que la verdadera ventaja competitiva no siempre reside en los datos o en la infraestructura, sino en la experiencia de sus empleados. Sin embargo, gestionar este tipo de conocimiento es complejo, ya que no siempre es fácil de identificar o compartir.

Una forma de abordar esto es mediante la implementación de programas de mentoría, donde los empleados con experiencia comparten sus conocimientos tácitos con nuevos colaboradores. También se pueden utilizar tecnologías de gestión del conocimiento, como plataformas de colaboración, foros internos y sistemas de captura de conocimiento.

Por ejemplo, en empresas tecnológicas, los desarrolladores suelen tener un conocimiento tácito profundo sobre ciertos lenguajes de programación o herramientas específicas. Capturar ese conocimiento y estructurarlo en documentación o en guías de resolución de problemas puede ahorrar tiempo y recursos a largo plazo.

Recopilación de recursos para entender mejor el conocimiento tácito y explícito

Para quienes desean profundizar en el tema, existen una serie de recursos útiles que ofrecen una visión más amplia del conocimiento tácito y explícito:

  • Libros recomendados:
  • *The Tacit Dimension* de Michael Polanyi.
  • *The Knowledge-Creating Company* de Ikujiro Nonaka y Hirotaka Takeuchi.
  • *Managing Knowledge: A Guide to the Organizational Memory* de David Skyrme.
  • Artículos y estudios:
  • Tacit Knowledge and the Making of a Professional de Donald Schön.
  • Estudios de la Universidad de Stanford sobre la transferencia de conocimiento tácito en organizaciones.
  • Cursos en línea:
  • Cursos en Coursera sobre gestión del conocimiento.
  • Programas de Harvard Business School en liderazgo y cultura organizacional.
  • Herramientas y software:
  • Plataformas como SharePoint, Confluence y Notion permiten documentar y compartir conocimiento explícito.
  • Herramientas de inteligencia artificial como Watson de IBM pueden ayudar en la captura y análisis de conocimiento tácito.

El rol del aprendizaje en la diferenciación de ambos tipos de conocimiento

El aprendizaje puede ser una vía efectiva para diferenciar y comprender ambos tipos de conocimiento. Mientras que el conocimiento explícito se adquiere a través de la educación formal, la lectura, o la observación de material estructurado, el conocimiento tácito se desarrolla a través de la práctica, la imitación y la experiencia directa.

Por ejemplo, alguien puede aprender sobre la mecánica de un coche leyendo un manual (conocimiento explícito), pero para realmente entender cómo funciona y cómo solucionar problemas, necesitará trabajar con el motor, experimentar fallas y aprender por ensayo y error (conocimiento tácito). Este proceso es común en campos como la medicina, la ingeniería, el arte y el deporte.

Además, el aprendizaje colaborativo puede facilitar la transferencia de conocimiento tácito entre expertos y novatos. En entornos donde la comunicación y la observación son claves, como en una fábrica o en un equipo de investigación, el conocimiento tácito puede transmitirse de manera más eficiente que mediante documentos o instrucciones formales.

¿Para qué sirve el conocimiento tácito y explícito?

El conocimiento tácito y el explícito tienen aplicaciones prácticas en diversos contextos, y ambos son esenciales para el desarrollo humano y organizacional.

El conocimiento explícito sirve para:

  • Estandarizar procesos y procedimientos.
  • Documentar conocimientos para su reutilización.
  • Facilitar la transferencia de información entre personas o equipos.
  • Mejorar la toma de decisiones basada en datos y análisis.

Por otro lado, el conocimiento tácito es fundamental para:

  • Resolver problemas no estructurados o complejos.
  • Adaptarse a situaciones inesperadas o dinámicas.
  • Innovar y crear soluciones únicas.
  • Mantener una competitividad basada en la experiencia y la intuición.

En muchos casos, una combinación estratégica de ambos tipos de conocimiento puede llevar a mejores resultados. Por ejemplo, un médico puede usar conocimiento explícito (guías médicas, estudios clínicos) junto con su conocimiento tácito (experiencia clínica) para ofrecer un diagnóstico más completo y efectivo.

Variantes del conocimiento: tácito, explícito y tácito-implícito

Además de los dos tipos principales, existe una tercera categoría intermedia: el conocimiento tácito-implícito. Este tipo de conocimiento no es fácil de verbalizar, pero tampoco se basa únicamente en la experiencia. Se trata de conocimientos que están presentes en el individuo, pero no son conscientemente reconocidos ni expresados.

Por ejemplo, un artista puede tener un estilo único que no puede explicar cómo lo logra, pero que se manifiesta claramente en sus obras. Este conocimiento tácito-implícito es difícil de transferir, ya que no se puede estructurar ni documentar fácilmente.

Entender estas diferencias es clave para diseñar estrategias de aprendizaje y gestión del conocimiento más efectivas. En organizaciones, por ejemplo, los líderes pueden fomentar entornos que favorezcan la expresión y el intercambio de este tipo de conocimiento, mediante talleres, observación, o incluso mediante herramientas tecnológicas que faciliten la comunicación no verbal.

El conocimiento tácito y explícito en la educación

En el ámbito educativo, el balance entre conocimiento tácito y explícito es fundamental para el desarrollo integral de los estudiantes. Mientras que el conocimiento explícito se transmite a través de clases teóricas, lecturas y exámenes, el conocimiento tácito se desarrolla mediante prácticas, proyectos y experiencias vivenciales.

Las instituciones educativas que fomentan el aprendizaje práctico, como talleres, laboratorios, prácticas profesionales y trabajo en equipo, están promoviendo el desarrollo del conocimiento tácito. Esto no solo ayuda a los estudiantes a comprender mejor los conceptos teóricos, sino también a desarrollar habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la creatividad.

Además, el uso de metodologías activas, como el aprendizaje basado en proyectos o el aprendizaje situado, permite que los estudiantes construyan su conocimiento de manera más significativa. Estos enfoques suelen integrar ambos tipos de conocimiento, permitiendo que los estudiantes no solo memoricen información, sino que también la apliquen en contextos reales.

El significado del conocimiento tácito y explícito

El conocimiento tácito y explícito no son conceptos abstractos, sino herramientas fundamentales para entender cómo se adquiere, comparte y aplica el saber en diferentes contextos. El conocimiento tácito se basa en la experiencia personal, en la intuición y en la habilidad de resolver problemas de manera no estructurada. Por su parte, el conocimiento explícito es aquel que puede ser codificado, documentado y transmitido de manera clara y repetible.

El significado de estos conceptos trasciende el ámbito académico o empresarial. En la vida personal, por ejemplo, la capacidad de aprender de la experiencia (conocimiento tácito) y de estructurar esa experiencia en lecciones o habilidades (conocimiento explícito) es esencial para el crecimiento personal. Desde aprender a cocinar hasta desarrollar habilidades de liderazgo, ambos tipos de conocimiento están presentes.

Además, en la era digital, la gestión del conocimiento se ha convertido en un tema clave. Las organizaciones que saben cómo capturar y compartir tanto el conocimiento tácito como el explícito tienen una ventaja competitiva significativa. Esto no solo mejora la eficiencia operativa, sino también la innovación y la adaptabilidad a los cambios del mercado.

¿De dónde proviene el término conocimiento tácito y explícito?

El término conocimiento tácito fue introducido por el filósofo y economista Michael Polanyi en 1958, en su libro *The Tacit Dimension*. Polanyi argumentaba que hay un tipo de conocimiento que no puede ser expresado de forma explícita, pero que es fundamental para el funcionamiento de muchas habilidades humanas. Su teoría se basaba en la observación de cómo los expertos en distintas disciplinas aplican su conocimiento de manera intuitiva.

El concepto de conocimiento explícito no fue introducido por Polanyi, sino que ha estado presente en la filosofía, la lógica y la ciencia desde la antigüedad. Sin embargo, fue con la teoría de Polanyi que se estableció una distinción clara entre ambos tipos de conocimiento.

La distinción entre tácito y explícito ha tenido una gran influencia en campos como la gestión del conocimiento, la educación, la psicología cognitiva y la filosofía. En la actualidad, se utiliza para entender cómo se transmite el conocimiento en organizaciones, cómo se desarrollan habilidades complejas y cómo se puede optimizar el aprendizaje.

Variantes y sinónimos del conocimiento tácito y explícito

Existen varias formas de referirse al conocimiento tácito y explícito, dependiendo del contexto o del enfoque desde el que se analice. Algunos sinónimos y variantes incluyen:

  • Conocimiento tácito:
  • Conocimiento implícito.
  • Conocimiento no verbalizado.
  • Habilidades prácticas.
  • Conocimiento de base experiencia.
  • Conocimiento situacional.
  • Conocimiento explícito:
  • Conocimiento estructurado.
  • Conocimiento documentado.
  • Conocimiento formal.
  • Conocimiento codificado.
  • Conocimiento transferible.

Estos términos pueden variar según la disciplina o el enfoque teórico. Por ejemplo, en la gestión del conocimiento, se habla a menudo de conocimiento tácito como el que se transmite de persona a persona, mientras que en la educación se puede referir como conocimiento no verbalizado. Lo importante es entender que, independientemente del término utilizado, se trata de dos formas complementarias de adquirir y aplicar el saber.

¿Cómo se puede medir el conocimiento tácito y explícito?

La medición del conocimiento tácito y explícito es un desafío, ya que ambos tipos tienen diferentes características. Mientras que el conocimiento explícito se puede medir fácilmente a través de exámenes, pruebas o evaluaciones estandarizadas, el conocimiento tácito es más difícil de cuantificar.

Para medir el conocimiento tácito, se utilizan métodos como:

  • Observación directa: Evaluar cómo una persona realiza una tarea específica.
  • Entrevistas: Preguntar a los expertos sobre su experiencia y cómo toman decisiones.
  • Simulaciones: Crear escenarios donde se pone a prueba la capacidad de resolver problemas.
  • Autoevaluación: Permitir que los individuos reflexionen sobre sus propias habilidades y experiencias.

En el caso del conocimiento explícito, los métodos de medición incluyen:

  • Exámenes escritos.
  • Pruebas de comprensión.
  • Certificaciones.
  • Auditorías de conocimiento.

En el ámbito empresarial, herramientas como los *Knowledge Audits* permiten evaluar tanto el conocimiento explícito como el tácito de una organización. Estas auditorías pueden identificar áreas donde el conocimiento está subutilizado o donde se necesita una mayor documentación o transferencia.

Cómo usar el conocimiento tácito y explícito en la vida cotidiana

El conocimiento tácito y explícito no solo es relevante en contextos académicos o empresariales, sino también en la vida personal. Aprender a reconocer y aplicar ambos tipos de conocimiento puede mejorar significativamente la toma de decisiones, la resolución de problemas y el desarrollo personal.

Por ejemplo:

  • En el ámbito familiar: Un padre puede tener un conocimiento tácito sobre cómo manejar conflictos entre sus hijos, adquirido a través de la experiencia, mientras que también puede usar conocimiento explícito, como libros sobre crianza o consejos de expertos.
  • En el ámbito profesional: Un trabajador puede aprender técnicas explícitas mediante cursos o manuales, pero también desarrollar habilidades tácitas al trabajar en equipo o al resolver problemas en el lugar de trabajo.
  • En el ámbito personal: Al aprender un idioma nuevo, una persona puede usar conocimiento explícito para estudiar gramática y vocabulario, pero también necesita conocimiento tácito para desarrollar la pronunciación y el intuición lingüística.

Usar ambos tipos de conocimiento de manera integrada permite una comprensión más completa y efectiva de cualquier situación. Por ejemplo, al aprender a cocinar, es útil seguir recetas (conocimiento explícito), pero también se necesita práctica y experimentación para desarrollar el toque personal (conocimiento tácito).

El papel del conocimiento tácito y explícito en la innovación

La innovación depende en gran medida de la combinación de conocimiento tácito y explícito. Mientras que el conocimiento explícito proporciona la base teórica y los recursos necesarios para desarrollar nuevas ideas, el conocimiento tácito aporta la creatividad, la intuición y la capacidad de adaptarse a situaciones imprevistas.

En el ámbito empresarial, las empresas innovadoras suelen fomentar entornos donde ambos tipos de conocimiento pueden interactuar. Esto puede incluir espacios de trabajo colaborativos, donde los expertos comparten su conocimiento tácito con equipos multidisciplinarios, o bien, sistemas de gestión del conocimiento que permiten la documentación y la transferencia de conocimiento explícito.

Un ejemplo clásico es el de las empresas tecnológicas, donde los ingenieros con experiencia (conocimiento tácito) trabajan junto con equipos de investigación (conocimiento explícito) para desarrollar nuevas soluciones. En este contexto, el conocimiento tácito permite resolver problemas complejos de manera práctica, mientras que el conocimiento explícito proporciona las herramientas teóricas necesarias para validar y replicar las soluciones.

El conocimiento tácito y explícito en el futuro del trabajo

Con el avance de la inteligencia artificial y la automatización, el rol del conocimiento tácito y explícito en el futuro del trabajo se vuelve cada vez más relevante. Mientras que muchas tareas repetitivas pueden ser automatizadas (requiriendo conocimiento explícito), son las habilidades prácticas, la creatividad y la capacidad de resolver problemas complejos las que no pueden ser fácilmente reemplazadas (requiriendo conocimiento tácito).

En este sentido, las habilidades blandas como la comunicación, el pensamiento crítico, la empatía y la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones se basan en gran medida en el conocimiento tácito. Estas habilidades son difíciles de enseñar a través de cursos formales, pero se desarrollan a través de la experiencia y la interacción con otros.

Por otro lado, el conocimiento explícito sigue siendo fundamental para el desarrollo de nuevas tecnologías, la optimización de procesos y la toma de decisiones basada en datos. Por tanto, el futuro del trabajo no será una cuestión de elegir entre uno u otro tipo de conocimiento, sino de encontrar formas de integrarlos y aprovechar las ventajas de ambos.