Que es el sujeto de la historia

Que es el sujeto de la historia

En el ámbito de la narrativa, comprender qué es el sujeto de la historia es fundamental para cualquier lector o escritor que desee analizar o crear una trama con profundidad. El sujeto, también conocido como protagonista o personaje principal, es el núcleo alrededor del cual gira la acción narrativa. A través de él, se transmiten los conflictos, emociones y cambios que definen la estructura de una historia. Este artículo explorará en profundidad este concepto, su importancia y cómo se utiliza en diferentes tipos de narrativas.

¿Qué es el sujeto de la historia?

El sujeto de la historia es el personaje central alrededor del cual se construye la narración. Es aquel que experimenta los cambios más significativos, enfrenta los conflictos principales y a menudo, es el motor que impulsa la trama. En términos literarios, el sujeto no siempre tiene que ser una persona; también puede ser un animal, un objeto o incluso una idea, dependiendo del estilo y la intención del autor.

La elección del sujeto no es casual. Debe ser un personaje con quien el lector pueda identificarse o que le genere empatía, ya sea por sus circunstancias, sus metas o sus luchas internas. En las novelas clásicas, por ejemplo, el sujeto suele ser un personaje complejo con una evolución clara a lo largo de la historia.

Un dato curioso es que, en la antigua Grecia, Aristóteles ya definía al personaje principal como el que actúa, es decir, aquel que toma decisiones que afectan el desarrollo de la trama. Esto refleja cómo, desde tiempos inmemoriales, se ha reconocido la importancia del sujeto en la narración como un eje fundamental.

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El rol del sujeto en la estructura narrativa

El sujeto de la historia no solo es el personaje central, sino también la pieza clave que organiza la estructura narrativa. En la mayoría de las historias, el sujeto se presenta al inicio, se desarrolla a lo largo de la narración y alcanza un clímax o resolución que define su transformación. Esta estructura es conocida como la estructura de tres actos y se aplica tanto en literatura como en cine.

Por ejemplo, en la novela Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, los Buendía son el sujeto de la historia, no solo en el sentido individual, sino colectivo, ya que representan una familia entera cuyas acciones y decisiones moldean la historia del pueblo de Macondo. Esto demuestra cómo el sujeto puede ser un grupo o una institución, no necesariamente una persona.

Además, el sujeto puede tener diferentes tipos de arcos narrativos. Puede transformarse positivamente, como en el caso de un héroe que supera sus miedos, o puede decaer, como en el caso de un villano que se corrompe. Estos arcos narrativos son esenciales para que la historia tenga coherencia y emoción.

El sujeto y su relación con el lector

Una de las funciones más importantes del sujeto es su capacidad para conectar con el lector. Un buen sujeto debe presentar conflictos y desafíos que el lector pueda entender, emocionarse con o incluso identificar con su propia experiencia. Esta conexión emocional es lo que hace que la historia sea memorable y significativa.

Por otro lado, si el sujeto no es bien desarrollado o carece de profundidad, puede dificultar la inmersión del lector en la historia. Un personaje plano o estereotipado no solo reduce la empatía, sino que también puede hacer que la trama parezca forzada o poco creíble.

Por ejemplo, en las historias de superhéroes, aunque el personaje principal posee habilidades sobrenaturales, su humanidad y sus conflictos internos son lo que lo hacen interesante. Esto refuerza la idea de que el sujeto, sin importar su complejidad, debe tener rasgos que el lector pueda reconocer.

Ejemplos de sujetos en la literatura

Para comprender mejor el concepto, veamos algunos ejemplos clásicos y modernos de sujetos de historia:

  • Hamlet, de Shakespeare, es un ejemplo de un sujeto complejo que enfrenta dilemas éticos y emocionales profundos. Su indecisión y su búsqueda de venganza definen la estructura de la obra.
  • Harry Potter, de J.K. Rowling, es un sujeto que crece a lo largo de la serie, enfrentando desafíos que lo transforman desde un niño mágico descubridor hasta un adulto luchador.
  • Romeo y Julieta, aunque son dos personajes, ambos son el sujeto de la historia, cuyas acciones y decisiones determinan el desarrollo de la trama.

En cada uno de estos casos, el sujeto no solo impulsa la historia, sino que también refleja temas universales como el amor, la justicia y la identidad.

El concepto de arco narrativo y su relación con el sujeto

El arco narrativo es un concepto fundamental para entender cómo se desarrolla el sujeto de la historia. Este arco describe la evolución del personaje principal a lo largo de la narrativa, desde su introducción hasta su transformación final. Los arcos narrativos suelen seguir patrones como:

  • El héroe que crece: Un personaje que supera sus miedos y alcanza su potencial.
  • El héroe que cae: Un personaje que comienza con virtudes y termina decaído debido a sus errores.
  • El héroe redimido: Un personaje que comienza con defectos y termina con redención o crecimiento.
  • El héroe que se mantiene constante: Un personaje que no cambia significativamente, pero enfrenta desafíos que ponen a prueba su integridad.

En cada uno de estos tipos, el sujeto actúa como el eje que conecta los eventos y da sentido al desarrollo de la historia. Por ejemplo, en la novela 1984 de George Orwell, Winston Smith es un personaje que comienza con esperanza y termina sometido, ilustrando un arco narrativo de caída.

5 ejemplos de sujetos de historia en diferentes géneros

  • Ficción histórica: En El nombre de la rosa de Umberto Eco, el monje Guillermo de Baskerville es el sujeto que investiga una serie de misteriosos asesinatos en una abadía medieval.
  • Ciencia ficción: En Dune de Frank Herbert, Paul Atreides es el sujeto cuya evolución desde un joven noble hasta un líder messiánico define la trama.
  • Fantasía: En El Señor de los Anillos, Frodo Baggins es el sujeto cuya misión de destruir el Anillo Único impulsa toda la historia.
  • Terror: En Frankenstein, el doctor Victor Frankenstein es el sujeto cuya ambición y obsesión generan la tragedia.
  • Romance: En Orgullo y prejuicio, Elizabeth Bennet es la sujeto cuyo crecimiento emocional y lucha contra las convenciones sociales definen la trama.

El sujeto en la narrativa cinematográfica

En el cine, el sujeto de la historia también es fundamental. Aunque la narrativa visual puede contar historias sin un personaje claramente definido, la mayoría de las películas populares dependen de un sujeto alrededor del cual se construye la trama. Por ejemplo, en El Padrino, Michael Corleone es el sujeto cuya transformación de un hombre pacífico a un jefe del crimen define la historia.

En la narrativa cinematográfica, el sujeto puede estar acompañado de otros personajes secundarios que ayudan a desarrollar su arco narrativo o que representan fuerzas contrarias. Sin embargo, siempre hay un personaje principal que guía la historia.

Además, en el cine, el sujeto puede ser representado desde diferentes perspectivas narrativas, como la primera persona o la tercera persona, lo que afecta la conexión emocional del espectador con el personaje. Esto refuerza la importancia de elegir adecuadamente al sujeto, ya que define cómo se percibirá la historia.

¿Para qué sirve el sujeto de la historia?

El sujeto de la historia sirve como el nexo que conecta al lector con la narrativa. Su presencia permite que el lector se identifique con los conflictos, emociones y decisiones que ocurren a lo largo de la trama. Además, el sujeto también actúa como un espejo que refleja los temas y mensajes que el autor quiere transmitir.

Por ejemplo, en La Metamorfosis de Franz Kafka, el sujeto Gregor Samsa es un reflejo de la alienación moderna. A través de su transformación física, el autor explora temas como la soledad, la identidad y la marginación social.

También, el sujeto permite que la historia tenga coherencia y estructura. Sin un personaje central que guíe la narrativa, la historia podría perder su enfoque y convertirse en una colección de eventos sin conexión lógica.

Diferentes formas de definir al sujeto en la narrativa

El sujeto de la historia puede definirse de múltiples maneras, dependiendo del enfoque del autor o del tipo de narrativa. Algunas definiciones alternativas incluyen:

  • El personaje que más cambia: En este caso, el sujeto es aquel que experimenta la mayor transformación a lo largo de la historia.
  • El personaje con más responsabilidad: Aquel cuyas decisiones tienen un impacto directo en el desarrollo de la trama.
  • El personaje con más empatía: Aquel con quien el lector se identifica más fácilmente.
  • El personaje con más conflicto: Aquel que enfrenta los desafíos más significativos o complejos.

Por ejemplo, en El Gran Gatsby, Jay Gatsby es el personaje con más conflicto y responsabilidad, aunque Nick Carraway es el narrador. Esto demuestra que el sujeto no siempre es el narrador, pero sí el personaje alrededor del cual gira la historia.

El sujeto en la narrativa oral y literaria

En la narrativa oral tradicional, como los mitos y leyendas, el sujeto también juega un rol central. Estos personajes suelen representar valores culturales, como el honor, la valentía o la justicia. Por ejemplo, en el mito griego de Prometeo, el sujeto es un personaje que desafía a los dioses para traer el fuego a los humanos, simbolizando el deseo de conocimiento y progreso.

En la literatura moderna, el sujeto puede ser más complejo y menos idealizado. A menudo, refleja las dudas, conflictos y frustraciones de la sociedad actual. Esto permite que las historias sean más realistas y relevantes para los lectores contemporáneos.

En ambos tipos de narrativa, el sujeto actúa como un vehículo para explorar temas universales, pero la forma en que se presenta puede variar según la cultura, la época y el estilo del autor.

El significado del sujeto de la historia

El sujeto de la historia tiene un significado profundo, ya que representa no solo al personaje principal, sino también a las ideas, conflictos y valores que el autor quiere transmitir. A través del sujeto, se exploran dilemas morales, sociales y psicológicos que reflejan la condición humana.

Por ejemplo, en Madame Bovary, de Gustave Flaubert, Emma Bovary es el sujeto que representa la frustración femenina en un entorno restrictivo. Su búsqueda de felicidad y escape de la monotonía lleva a una trágica conclusión, ilustrando los costos de vivir en desacuerdo con la realidad.

Además, el sujeto también puede simbolizar una idea o un movimiento. En 1984, Winston Smith no solo es un personaje, sino también un símbolo de la resistencia contra el totalitarismo. Su lucha interna refleja el conflicto entre el individuo y el sistema.

¿Cuál es el origen del concepto de sujeto en la narrativa?

El concepto de sujeto como personaje central tiene sus raíces en la literatura clásica griega y romana. En obras como La Ilíada y La Odisea, Homero construye historias alrededor de personajes como Aquiles y Odiseo, cuyas acciones y decisiones definen la narrativa.

Con el tiempo, este concepto evolucionó y se adaptó a diferentes estilos narrativos. En la Edad Media, los personajes de los cuentos de caballería, como Lancelot o Don Quijote, también eran el sujeto de sus respectivas historias. En la literatura moderna, el sujeto puede ser más complejo y menos idealizado, reflejando las incertidumbres del mundo contemporáneo.

El término sujeto en el sentido narrativo también se relaciona con la filosofía, donde se refiere al individuo que experimenta y actúa. Esta conexión filosófica refuerza la importancia del sujeto como eje de la historia.

Variaciones del concepto de sujeto en la narrativa

El sujeto puede variar significativamente según el tipo de historia, el género o la cultura en la que se desarrolla. Algunas variaciones incluyen:

  • Sujeto colectivo: Cuando un grupo de personajes actúa como el sujeto principal, como en La Iliada, donde no solo Aquiles es el sujeto, sino también el ejército griego.
  • Sujeto múltiple: En algunas historias, especialmente en novelas modernas, hay varios personajes que comparten el rol de sujeto, cada uno con su propia trama.
  • Sujeto no humano: En historias fantásticas o animadas, el sujeto puede ser un animal, un objeto o incluso un fenómeno natural.

Por ejemplo, en El Hobbit, Bilbo Baggins es el sujeto, pero también hay otros personajes como Gandalf o Smaug que tienen roles importantes. Esto muestra cómo el sujeto puede no ser el único personaje interesante, pero sí el que impulsa la historia.

El sujeto en la narrativa contemporánea

En la narrativa contemporánea, el sujeto ha evolucionado para reflejar una mayor diversidad de experiencias y perspectivas. Hoy en día, es común encontrar historias con sujetos que representan diferentes géneros, etnias, orientaciones sexuales y realidades sociales.

Esta diversidad permite que más personas se sientan representadas en la literatura y el cine. Por ejemplo, en The Hate U Give de Angie Thomas, Starr Carter es el sujeto de una historia que aborda temas de raza, justicia y identidad, lo que le permite a muchos lectores encontrar en ella resonancia personal.

Además, en la narrativa contemporánea, el sujeto puede no seguir un arco narrativo tradicional. Algunos autores eligen personajes que no cambian significativamente, o que incluso se degradan, lo que refleja una crítica social o una exploración de la condición humana en su crudeza.

Cómo usar el sujeto de la historia y ejemplos prácticos

Para construir una historia efectiva, es fundamental definir claramente al sujeto. Aquí hay algunos pasos prácticos para hacerlo:

  • Definir la personalidad y motivación del sujeto: ¿Qué quiere? ¿Qué le impide lograrlo?
  • Establecer su arco narrativo: ¿Cómo cambiará a lo largo de la historia?
  • Conectarlo con el lector: ¿Qué aspectos del sujeto pueden generar empatía o interés?
  • Integrarlo con la trama: ¿Cómo sus decisiones afectan el desarrollo de la historia?

Por ejemplo, en El Alquimista de Paulo Coelho, el sujeto es Santiago, un joven que busca un tesoro. Su motivación es el deseo de descubrir su destino, y su arco narrativo incluye la pérdida, el aprendizaje y la realización personal.

El sujeto en la narrativa experimental

En la narrativa experimental, el sujeto puede ser más abstracto o menos definido. Algunas obras utilizan múltiples puntos de vista, o incluso eliminan el sujeto tradicional para explorar conceptos filosóficos o emocionales.

Por ejemplo, en El Quijote, la línea entre el sujeto y el lector se vuelve borrosa, ya que el libro contiene metanarrativas y autorreferencias que cuestionan la naturaleza de la historia misma. Esto permite que el sujeto no solo sea un personaje, sino también un fenómeno literario.

En la narrativa experimental, el sujeto puede ser un experimento en sí mismo, un medio para explorar nuevas formas de contar historias. Esto refleja cómo el concepto de sujeto es flexible y adaptable a diferentes enfoques creativos.

El sujeto y la evolución del género literario

A lo largo de la historia, el sujeto ha cambiado junto con la evolución de los géneros literarios. En la literatura victoriana, por ejemplo, el sujeto era a menudo un personaje moralmente complejo que enfrentaba dilemas éticos. En la literatura modernista, el sujeto se volvió más introspectivo, con menos énfasis en la acción y más en el pensamiento.

En la literatura posmoderna, el sujeto puede ser fragmentado o incluso cuestionado, como en El proceso de Franz Kafka, donde el personaje principal no tiene nombre y su identidad es ambigua. Esto refleja una crítica a la idea de un sujeto fijo o coherente.

En la actualidad, el sujeto sigue siendo central en la narrativa, pero su representación es más variada y menos lineal, lo que permite explorar nuevas formas de contar historias y representar la realidad.