Cuando hablamos de *obedecer, actuar conforme a las enseñanzas o mantener fidelidad a una promesa*, estamos acercándonos al concepto bíblico de cumplir. En la Biblia, cumplir no se limita a seguir instrucciones, sino que implica una actitud de obediencia, fidelidad y devoción hacia Dios. Este artículo explora en profundidad qué significa cumplir según la Biblia, su importancia en la vida cristiana y cómo se manifiesta a lo largo de las Escrituras.
¿Qué significa cumplir según la Biblia?
En el contexto bíblico, cumplir implica más que simplemente realizar una acción. Se refiere a actuar con propósito, fidelidad y obediencia hacia Dios. La palabra hebrea shamar y el griego poiein, comúnmente usadas en textos bíblicos, transmiten la idea de guardar, observar y hacer con intención. Por ejemplo, en Génesis 2:15, Dios pone al hombre en el jardín para cultivarlo y guardar (shamar)lo, lo que subraya la responsabilidad de cumplir con su designación.
Además, la idea de cumplir está intrínsecamente ligada a la noción de pacto. Dios estableció pactos con Abraham, Moisés, David y con toda la humanidad a través de Jesucristo. Cumplir significa adherirse a los términos de estos pactos, como se ve en Deuteronomio 7:9, donde se afirma que Dios es fiel a su promesa y mantiene su amor por mil generaciones.
Cumplir también implica una actitud de transformación interna. No se trata solo de seguir mandamientos externos, sino de permitir que la Palabra de Dios moldee el corazón y la conducta. En Romanos 12:2, Pablo exhorta a no conformarse al mundo, sino a transformarse por la renovación de la mente, para poder discernir la voluntad de Dios. Esta transformación es el cimiento del cumplimiento verdadero.
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La importancia de cumplir en la vida cristiana
Cumplir no es una carga, sino una expresión de amor y gratitud hacia Dios. Jesús mismo lo afirmó cuando dijo: Si me amáis, guardad mis mandamientos (Juan 14:15). Esto indica que la obediencia no es un requisito legalista, sino una respuesta natural al amor que experimentamos. Cumplir implica reconocer que somos creados para una relación con Dios y que nuestras acciones reflejan esa relación.
Además, cumplir es esencial para mantener la integridad moral y espiritual. En una sociedad donde a menudo se prioriza el interés personal, la Biblia nos llama a vivir con integridad, incluso cuando nadie nos esté observando. En Santiago 2:26, se compara la fe sin obras con un cuerpo sin espíritu, lo que resalta la importancia de actuar conforme a lo que creemos.
Por otro lado, cumplir también es una forma de testimonio. Nuestras vidas son un reflejo de las enseñanzas de Cristo. Cuando cumplimos con sus mandamientos, demostramos que somos discípulos auténticos. En Juan 13:35, Jesús dice: Por esto todos sabrán que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos con los otros. El cumplimiento de sus enseñanzas es el testimonio más poderoso que podemos dar.
La relación entre cumplir y la gracia de Dios
Aunque la gracia de Dios es inmerecida y abundante, esto no anula la importancia de cumplir con sus mandamientos. Por el contrario, la gracia nos motiva a vivir con más obediencia. Pablo escribe en Efesios 2:8-10 que somos salvos por gracia mediante la fe, pero que somos creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. Esto significa que cumplir no es un medio para ganar la salvación, sino una consecuencia natural de haber sido transformados por el Espíritu Santo.
Además, la gracia no nos libera de la responsabilidad, sino que nos libera para vivir en libertad. Jesús dice en Juan 8:36: Por tanto, si el Hijo os hace libres, de veras seréis libres. Esta libertad no es para hacer lo que queramos, sino para vivir según el amor, la justicia y la verdad. Por eso, cumplir con las enseñanzas de Cristo es una expresión de esa libertad verdadera.
Ejemplos bíblicos de cumplimiento
La Biblia está llena de ejemplos de personas que cumplieron con la voluntad de Dios, a pesar de las circunstancias. Uno de los más destacados es Abraham, quien fue llamado por Dios para abandonar su tierra (Génesis 12:1). Abraham no solo se movió físicamente, sino que también confió en la promesa de Dios, demostrando un cumplimiento total de su llamado.
Otro ejemplo es el de los discípulos, quienes, a pesar de no entender completamente la misión de Jesús, siguieron su llamado. En Mateo 4:19, Jesús les dijo: Síganme, y haré que se conviertan en pescadores de hombres. Aunque tenían que dejar sus redes y sus negocios, cumplieron con la llamada, convirtiéndose en líderes de la iglesia primitiva.
También podemos mencionar a los reyes David y Josué. David, aunque tuvo errores, siempre buscó cumplir con la voluntad de Dios, como se ve en 1 Samuel 13:14, donde se le llama un varón según el corazón de Dios. Josué, por su parte, se comprometió a cumplir con la voluntad de Dios al decir: Por mi parte y por mi casa, serviremos al Señor (Josué 24:15). Su fidelidad se convirtió en un ejemplo para toda la nación.
El concepto de cumplimiento en la vida espiritual
Cumplir no es solo una acción, sino un estado de vida espiritual. En la vida cristiana, cumplir se convierte en una forma de oración, una manera de alinear nuestra voluntad con la de Dios. El profeta Isaías escribió: El Señor me dijo: Escucharás, y no serás tú quien hable; tomarás lo que se te dé en la boca, y lo dirás (Isaías 6:9). Esto nos recuerda que cumplir a veces implica escuchar más que hablar.
También podemos ver el cumplimiento como una actitud de entrega. En Lucas 9:23, Jesús dice: Si alguno quiere venir en pos de mí, negúndese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Esto no es un cumplimiento mecánico, sino una entrega total a la voluntad de Dios. No se trata de cumplir por obligación, sino por amor y convicción.
Por último, cumplir implica perseverancia. En Santiago 1:2-4, se nos anima a considerar una gran alegría cuando enfrentemos diversas pruebas, porque esto nos probará la fe y producirá paciencia. La vida cristiana no es un evento único, sino una jornada constante de cumplimiento, incluso cuando enfrentamos dificultades.
Las Escrituras más relevantes sobre cumplir
La Biblia tiene muchas pasajes que hablan sobre cumplir con la voluntad de Dios. A continuación, te presentamos una lista de los más relevantes:
- Deuteronomio 7:9: Sabe, pues, que Jehová tu Dios es Dios, el fiel, que cumple su pacto perpetuo con los que le aman y guardan sus mandamientos.
- Salmo 119:105: Tu palabra es lámpara a mis pies y luz a mi sendero.
- Isaías 55:11: Así es mi palabra que sale de mi boca; no vuelve a mí vacía, sino que hace lo que quiero y cumple lo que mando.
- Mateo 28:19-20: Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
- Santiago 1:22: Sed hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Estos versículos no solo nos recuerdan la importancia de cumplir con la voluntad de Dios, sino también que Él es fiel a su palabra y nos da las herramientas necesarias para hacerlo.
La actitud de cumplimiento en la vida cristiana
Cumplir con la voluntad de Dios no es una actitud pasiva, sino una decisión activa que se toma cada día. Implica una disposición de corazón para escuchar, obedecer y actuar. En Marcos 7:6-7, Jesús condena la hipocresía de los fariseos que guardaban la apariencia, pero no el espíritu de la ley. El cumplimiento auténtico parte del corazón, no solo del exterior.
Además, cumplir con la voluntad de Dios requiere discernimiento. No siempre es fácil entender qué es lo que Él nos pide, pero la Palabra nos guía y el Espíritu Santo nos ayuda a discernir. En Juan 14:26, Jesús promete enviar al Consolador, quien nos enseñará todas las cosas y nos recordará lo que Él nos dijo. Este discernimiento es clave para vivir una vida de cumplimiento genuino.
Por otro lado, cumplir también implica tolerancia y compasión hacia otros. En Gálatas 5:14, Pablo resume toda la ley en un solo mandamiento: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Esto nos recuerda que cumplir no es solo una actitud individual, sino también comunitaria. La vida cristiana no se vive en aislamiento, sino en relación con otros.
¿Para qué sirve cumplir según la Biblia?
Cumplir con la voluntad de Dios tiene múltiples propósitos. En primer lugar, nos acerca a Él. La obediencia es una forma de comunión con Dios, ya que nos permite vivir en armonía con Su propósito. En 1 Samuel 15:22, Samuel le dice a Saúl: ¿Acaso agradable es a Jehová el holocausto y el sacrificio tanto como la obediencia a la voz de Jehová? He aquí, la obediencia es mejor que el sacrificio.
En segundo lugar, cumplir nos libera del pecado. En Juan 8:34-36, Jesús dice: De cierto, de cierto os digo que todo aquel que peca es esclavo del pecado. Por tanto, si el Hijo os hace libres, de veras seréis libres. La obediencia no es una forma de esclavitud, sino de libertad. Cuando cumplimos con la voluntad de Dios, somos libres para vivir plenamente.
Finalmente, cumplir con la voluntad de Dios nos prepara para la vida eterna. En Mateo 25:40, Jesús dice: Todo lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos menores, a mí lo hicisteis. Esto nos recuerda que nuestras acciones tienen un impacto eterno. Cumplir con la voluntad de Dios no solo cambia nuestra vida en la tierra, sino que también nos prepara para la gloria del cielo.
La fidelidad como sinónimo de cumplir
Fidelidad es uno de los sinónimos más cercanos al concepto bíblico de cumplir. En el Antiguo Testamento, Dios se describe a sí mismo como fiel y leal a sus pactos. En Números 23:19, se afirma: Dios no es hombre, que mienta, ni hijo de hombre, que cambie de parecer. ¿Acaso se arrepiente él? ¿No hablará él lo que quiere? Esta fidelidad de Dios nos motiva a ser fieles a nuestro compromiso con Él.
También vemos la fidelidad en los profetas. Isaías, por ejemplo, fue fiel a su llamado, incluso cuando enfrentó la oposición del reino. En Miqueas 6:8, se nos llama a andar con justicia, amar la misericordia y caminar humildemente con nuestro Dios. Esta fidelidad no es solo una actitud, sino una forma de vida.
La fidelidad también se manifiesta en la vida de los discípulos. A pesar de la traición de Judas y el desmayo de Pedro, muchos siguieron fieles a Jesús. Su fidelidad a pesar de la duda es un recordatorio de que cumplir con la voluntad de Dios no siempre es fácil, pero siempre es necesario.
El cumplimiento como acto de fe
Cumplir con la voluntad de Dios requiere fe. En Hebreos 11:1, la fe se define como la sustancia de las cosas que se esperan, la certeza de las que no se ven. A menudo, cumplir implica actuar sin ver los resultados inmediatos. Abraham, por ejemplo, creyó en la promesa de Dios de que tendría un hijo, incluso cuando ya era anciano y su esposa no podía tener hijos (Génesis 15:6).
La fe también se manifiesta en la obediencia. En 2 Reyes 5:10, Naamán, un general arameo, se enfrentó a la dificultad de seguir las instrucciones de Elisha para ser curado de lepra. Aunque al principio se sintió ofendido, finalmente obedeció y fue sanado. Este ejemplo nos recuerda que a veces cumplir implica enfrentar circunstancias que no entendemos, pero que confiamos en Dios.
Por último, la fe y el cumplimiento van juntos en la vida cristiana. Pablo escribió en 1 Corintios 13:13: Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor; pero el mayor de estos es el amor. La fe nos motiva a cumplir, y el cumplimiento fortalece nuestra fe.
El significado de cumplir con la voluntad de Dios
Cumplir con la voluntad de Dios no es una cuestión opcional, sino una necesidad espiritual. En Juan 6:29, Jesús responde a los judíos que le preguntan qué deben hacer para hacer las obras de Dios: Esta es la obra de Dios: que creed en el que él envió. Creer y cumplir son inseparables. La fe se manifiesta en la obediencia.
Además, cumplir con la voluntad de Dios implica una transformación interna. En 2 Corintios 3:18, Pablo escribe: Mas todos nosotros, con rostro descubierto, mirando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, según el Señor Espíritu. Esta transformación es posible solo cuando estamos dispuestos a cumplir con Su voluntad.
Por último, cumplir con la voluntad de Dios nos prepara para la gloria. En Filipenses 3:14, Pablo dice: Una sola cosa hago: olvidando las cosas que atrás quedan y alcanzando las que son delante, camino para la meta, para alcanzar la recompensa del llamamiento celestial en Cristo Jesús. La vida cristiana es una carrera hacia la gloria, y el cumplimiento es la fuerza que nos impulsa.
¿Cuál es el origen de la idea de cumplir en la Biblia?
La idea de cumplir con la voluntad de Dios tiene sus raíces en la creación del hombre. En Génesis 1:28, Dios le da a Adán y a Eva la bendición de ser fructíferos, multiplicarse y llenar la tierra. Esta bendición es también una responsabilidad, una llamada a cumplir con el propósito de Dios.
A lo largo de la historia bíblica, Dios establece pactos con Su pueblo, y cumplir se convierte en un compromiso central. En el caso del pacto de Abraham, Dios promete que será padre de muchas naciones, y Abraham cumple con la fe, como se ve en Hebreos 11:8: Por la fe, Abraham, cuando fue llamado, obedeció, partiéndose a un lugar que debía heredar, sin saber adónde iba.
El cumplimiento también adquiere una nueva dimensión con la venida de Jesucristo. Él cumple la ley perfectamente (Mateo 5:17) y se convierte en el cumplimiento de todas las promesas de Dios. Su vida, muerte y resurrección son el ejemplo supremo de cumplimiento: Él cumplió con la voluntad del Padre hasta el final.
La fidelidad y la obediencia como sinónimos de cumplir
La fidelidad y la obediencia son conceptos estrechamente relacionados con el cumplimiento. En el Antiguo Testamento, Dios se describe a sí mismo como fiel, y exige fidelidad de Su pueblo. En Deuteronomio 7:9, se afirma que Dios es fiel a su pacto con los que le aman y guardan sus mandamientos. Esta fidelidad se traduce en obediencia, que a su vez se manifiesta en cumplimiento.
También vemos la fidelidad en la vida de Moisés. Aunque tuvo errores, Moisés fue fiel a su llamado. En Hebreos 11:27, se le describe como por la fe, Moisés dejó Egipto, sin temer la ira del rey, porque miraba como a un invisible al que veía. Su fidelidad a Dios le permitió cumplir con su misión de guiar al pueblo de Israel.
La obediencia, por su parte, es la base del cumplimiento. En 1 Samuel 15:22, Samuel le dice a Saúl que la obediencia es mejor que el sacrificio. Esto nos recuerda que cumplir con la voluntad de Dios no se trata de rituales externos, sino de una actitud interna de obediencia y fidelidad.
¿Cómo se manifiesta el cumplimiento en la vida diaria?
El cumplimiento no se limita a los grandes momentos de la vida, sino que se manifiesta en la cotidianidad. En 1 Tesalonicenses 5:16-18, Pablo exhorta a alegrarse siempre, orar sin cesar y dar gracias en todo. Estas son acciones sencillas, pero que reflejan una vida de cumplimiento.
También se manifiesta en la manera en que tratamos a otros. En Gálatas 5:14, Pablo resume toda la ley en un mandamiento: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Esto nos recuerda que cumplir con la voluntad de Dios no se limita a seguir mandamientos, sino que se manifiesta en el amor y la justicia hacia los demás.
Por último, el cumplimiento se manifiesta en la vida de oración. En 1 Tesalonicenses 5:17, se nos exhorta a orar sin cesar. La oración es una forma de cumplir con la voluntad de Dios, ya que nos mantiene conectados con Él y nos permite discernir Su guía.
Cómo usar el cumplimiento bíblico en la vida cotidiana
Cumplir con la voluntad de Dios no es algo abstracto, sino que se puede aplicar de manera práctica en la vida cotidiana. A continuación, te presento algunos ejemplos:
- En la familia: Cumplir con la voluntad de Dios en la familia implica amar, respetar y cuidar a los miembros. En Colosenses 3:20, se nos exhorta a obedecer a los padres en todo, porque esto es agradable a Dios.
- En el trabajo: Cumplir con la voluntad de Dios en el trabajo implica actuar con integridad y responsabilidad. En Efesios 6:7, se nos anima a servir con corazón sincero, como al Señor.
- En la comunidad: Cumplir con la voluntad de Dios en la comunidad implica amar al prójimo y servir con humildad. En Mateo 25:40, Jesús dice: Todo lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos menores, a mí lo hicisteis.
- En la iglesia: Cumplir con la voluntad de Dios en la iglesia implica participar activamente en el ministerio y edificar a otros. En 1 Corintios 12:12-27, Pablo compara a la iglesia con un cuerpo, donde cada miembro tiene un rol esencial.
El cumplimiento como acto de amor
Cumplir con la voluntad de Dios es, en esencia, un acto de amor. En Juan 14:15, Jesús dice: Si me amáis, guardad mis mandamientos. El amor y la obediencia van juntos. No podemos decir que amamos a Dios si no seguimos Sus mandamientos.
El amor también se manifiesta en la vida práctica. En 1 Juan 3:18, se nos exhorta a amar no con palabras, sino con obras y en verdad. Esto nos recuerda que cumplir con la voluntad de Dios no se trata de hablar, sino de actuar.
Por último, el amor es el fundamento del cumplimiento. En 1 Corintios 13, Pablo nos recuerda que sin amor, ninguna obra tiene valor. El cumplimiento sin amor es vacío, pero el amor sin cumplimiento es ineficaz. Ambos deben ir juntos.
El cumplimiento como clave para una vida plena
Cumplir con la voluntad de Dios no es una carga, sino la clave para una vida plena y significativa. En Juan 10:10, Jesús dice: Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Esta vida abundante se vive en obediencia a Dios.
El cumplimiento también nos libera del miedo y de la ansiedad. En 1 Pedro 5:7, se nos exhorta a arrojar sobre Dios toda nuestra ansiedad, porque Él cuida de nosotros. Cuando cumplimos con Su voluntad, podemos confiar en que Él nos guiará y nos protegerá.
En conclusión, cumplir con la voluntad de Dios es una actitud de vida que transforma. No se trata de seguir reglas, sino de vivir en armonía con el corazón de Dios. A través del cumplimiento, experimentamos Su amor, Su gracia y Su gloria. La vida cristiana no se trata de hacer lo correcto, sino de vivir desde una relación con Dios.
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